Perlas de «Cásate y se sumisa», avaladas por el Arzobispo de Granada.
• Mujer, practicarás felaciones a tu marido siempre que te lo ordene. Pero cuando lo hagas, piensa en Jesús. Recuerda: ¡No eres una pervertida!»
• Las mujeres nos olvidamos de que no se puede tener todo: trabajar como un hombre y estar en la casa como una mujer
• “Tu marido es ese santo que te soporta a pesar de todo. Si algo que él hace no te parece bien, con quien tienes que vértelas es con Dios: puedes comenzar poniéndote de rodillas y la mayoría de las veces todo se resuelve”
• “Ahora las mujeres ya no estamos obligadas a ser criadas, pero podemos elegir servir por amor y como respuesta libre a nuestra vocación”
• “No somos iguales a los hombres para nada y no reconocerlo es fuente de sufrimiento seguro”
• “El feminismo fue, a su modo, una primavera. Sólo que tomó el camino equivocado, el de la afirmación a uno mismo”
• “La paridad no es igualdad. Es dar dignidades parejas a dos identidades que no podrían ser más diversas”
• “La identidad de la mujer es la acogida. El feminismo ha negado tal cosa y nos ha jorobado. Porque cuando se traiciona la propia naturaleza se pierde el juicio”
• “Muchas mujeres luchan con los maridos y llegan a ser insoportables. Sólo porque no han comprendido el secreto de la acogida, ni tampoco el de la sumisión, ni el de la obediencia como acto de generosidad”
• “Debemos dar un paso atrás en la vida personal”.
• “Con seguridad, hace falta aprender a reducir la propias expectativas”
• “La mujer está perdida cuando se olvida de quién es. La mujer es, principalmente, esposa y madre”
Las mujeres que han llegado al extremo de la traición (…) y han llegado a abortar, son mujeres heridas y necesitadas de ternura, porque admitir que una se ha equivocado tanto en la vida es muy dolorosa”
• “La mujer realizada ama ante todo. Escucha, consuela, anima, perdona, una y les hace sitio a los demás. Construye al padre con su sumisión porque lo pone por encima de ella y le confiere autoridad”
• “Me tienes que explicar qué hay de heroico y de audaz en hacer solamente lo que te apetece. La verdadera transgresión es ser leal”
• “Casaos y tened hijos, porque, si no, no tiene sentido estar juntos toda la vida”
• “La mujer lleva inscrita la obediencia en su interior. El hombre, en cambio, lleva la vocación de la libertad y de la guía”
• “El secreto de un matrimonio santo o, lo que es lo mismo, un matrimonio feliz, es que las mujeres ante el hombre que hemos elegido, demos un paso atrás”
• “Cuando tu marido te dice algo, lo debes escuchar como si fuera Dios el que te habla”
• “¿Tengo que darle la razón aun cuando no la tenga?” Yo diría que sí
• “Debes someterte a él. Cuando tengáis que elegir entre lo que te gusta a ti y lo que le gusta a él, elige a su favor”
• “Un hombre no se puede resistir a una mujer que lo respeta, que reconoce su autoridad, que se esfuerza lealmente en escucharlo, en dejar a un lado su propio modo de ver las cosas, que se muerda la lengua”
• “La mortificación nos gusta porque es para alcanzar un bien mayor, que es acoger a tu marido, por consiguiente, engendrarte de nuevo a ti misma”
• “Todavía no eres una cocinera experimentada ni una ama de casa perfecta. ¿Qué problema hay si te lo dice? Dile que tiene razón, que es verdad, que aprenderás”
• “En caso de duda, obedece. Sométete con confianza”
• “Su bienestar, su serenidad, se sostendrá, al menos en parte, sobre tu capacidad de absorber sus malos humores, sus caprichos, sus cansancios, sus descontentos”
• “Pregúntate qué otro podría soportarte (…) pregúntate qué otro podría tolerar algunas de tus gravísimas psicopatologías”.
• “Hacer un filete a la plancha o el acto de cambiar un pañal. Esas cosas son de mamás”
• “Hay un comportamiento que una debe observar aun cuando exista mucha confianza que impide que una madre, incluso rendida, reciba al marido en bata y zapatillas a las siete de la tarde”
• ¿Está bien que trabajen las mujeres? Es una de las pocas preguntas a las que no sé qué responder”
• “El poder no está hecho para nosotras”
• “Echo dolorosamente de menos aquellos tiempos en que los maridos aparecían solamente a la hora justa preguntando: ‘¿qué hay de comer’?
• “Se entiende el vertiginoso aumento de los divorcios, con las mujeres poniendo en crisis los antiguos equilibrios pero sin saber proponer otros nuevos”
• “Haber roto ese lazo entre hacer el amor y dar la vida ha convertido el sexo en algo triste y cobarde, poco audaz y nada valiente”